Versículos base: 2 Reyes 22: 4-13, 16-17. 2 Reyes 23: 4-15.
La Biblia es un libro que conecta con
nuestra época, incluso aunque fue escrita hace miles de años.
La Biblia es el libro por medio del cual Dios quiere
hablarnos y mantenerse en contacto con nosotros.
Dios quiere tener una relación cara a cara, por eso la Biblia nos muestra el
corazón de Dios, nos enseña sus consejos y por medio de la historias bíblicas
comprendemos que somos humanos imperfectos, pero que aún así, Dios nos acepta y
nos abraza.
Las palabras de Dios no son temporales ni se limitan al tiempo o
al espacio, son eternas y penetran aún más adentro de nuestra mente y corazón. Llegan en el momento justo, un día como hoy.
Cuando los sacerdotes que servían a Josías le dijeron que habían
encontrado el libro de Moisés y comenzaron a leer el famoso pasaje: "No
tendrás dioses ajenos delante de mí", Josías se preocupó tanto
que se rasgó las vestiduras. Rasgarse las vestiduras significaba para los judíos una señal de
duelo, de sufrimiento.
Josías entendió que Dios le estaba diciendo: "Están
yendo por el camino incorrecto".
Israel y Judá, como ya habíamos reflexionado anteriormente,
habían olvidado completamente
a Dios y tenían dioses nuevos.
¿Cómo es posible que Josías no se preocupara tanto y sufriera
si su pueblo estaba cruzando una etapa de ceguera espiritual y no parecía que ese problema fuera a resolverse? Es más,
Josías sabía que Dios estaba enojado y que cuando Dios se enojaba, una lección
dura venía en camino. Dios le dio a su pueblo una oportunidad y luego otra y
otra, y seguían dándole la espalda.
Israel siempre fue la relación tóxica de nuestro Dios.
Josías se dio cuenta todo el tiempo que perdió. Pasaron tantos
años en los cuales la cultura de su pueblo se apropió
del pecado mientras su abuelo y su padre lo permitían,
hasta que él se convirtió en adulto, se dio cuenta que tenía que actuar porque
el pueblo estaba totalmente perdido.
Hasta que encontraron el libro de Moisés.
¡Ahora entendemos por qué Josías se sintió tan desesperado y preocupado! ¡Había perdido tantos años sin hacer nada!
Es por eso que las reformas de Josías fueron tan estrictas. No
quedó ni un santuario de ídolos, ni ningún ídolo en Jerusalén ni Judá. Exilió a
todos las personas que adoraban estos ídolos y también asesinó a otros que no
quisieron obedecer. Dios se le reveló por medio de Su Palabra: "Esto tiene
que detenerse, no por mi bien, sino por el suyo".
¿Quién o qué es el Sol en tu sistema solar?
Piensa en todas las cosas que podríamos adorar actualmente, en una
era digital, que está en constante cambio. Piensa en
todo lo que las personas podrían hacer un ídolo. Todo lo
que podría hacernos olvidar a Dios y darle la espalda. Yo creo que en esta
época, las personas pueden hacer hasta de una taza de café o una prenda para
vestir su ídolo preferido.
Podríamos hacer de las cosas más insignificantes el gran
"dios de las maravillas".
Piensa en tu vida. ¿Qué ídolos
tienes tú? ¿Será tu trabajo, el celular, tu status o tiempo en redes sociales,
alguna tendencia o movimiento social, la afición extrema a algo, una persona o
pareja, incluso ser el más excelente en la escuela o el estudio de un tema o
filosofía?
Tener un ídolo es hacer/ver/escuchar/pasar
tiempo con un objeto o persona en extremo al punto de que prefieres
concentrarte y vivir para eso, antes que voltear a ver a Dios o pasar tiempo
con Él.
Quiero aclarar que no todo puede ser un ídolo en nuestra
vida, pero debemos aprender a identificar lo que te está estorbandonos para
poder tener una relación con Dios de calidad. Debemos identificar si Dios es el
centro de nuestro sistema solar, y si no lo es, ¿qué cosas
están ocupando ese lugar especial?
Reflexiona un momento:
-En las relaciones: ¿Prefieres
pasar tiempo con tu pareja/amigos/familia al punto en que estás olvidando a
Dios y estás experimentando alejamiento de Él= muerte espiritual? Eso incluye
fiestas, reuniones, etc.
-En medios digitales: ¿Cuánto tiempo
dedicas a las redes sociales/ver series/escuchar música? ¿Cómo utilizas tus
redes sociales, qué es lo que compartes? ¿Vives para recibir la aprobación de
las personas, los likes y los comentarios? Recuerda que Dios quiere que
disfrutes toda la tecnología y pases momentos de diversión y entretenimiento,
pero también desea que la utilices sabiamente para que la balanza esté
equilibrada. Compara el tiempo que pasas en medios digitales con el tiempo de
tus devocionales (lectura bíblica, oración y alabanza).
-Sobre tendencias y movimientos sociales: Recuerda que el mundo actual puede hacer de cualquier cosa
su dios. Eso incluye todos los movimientos sociales o tendencias del mundo.
Todo está permitido, pero no todo te conviene. Otra versión dice "no todo
es constructivo, no todo me edifica" (1 Corintios 10:23).
Recuerda que
todos los movimientos sociales se basan en filosofías creadas por hombres o
mujeres, que la mayoría de veces nada tienen que ver con Dios. Muchos de estos
movimientos persiguen causas válidas, justas y amorosas, pero a veces las
raíces de sus objetivos pueden contrariar las palabras de Jesús. (Lee Juan 18: 8-11. A veces queremos perseguir todas las causas que humanamente parecen ser tan justas a nuestros ojos y entendimiento, pero Dios no actúa ni piensa igual).
Si tu corazón
está alejado y pensando más en estos movimientos que en la Verdad de Cristo o
en la Palabra de Dios, tienes que replantearte si eso podría ser un ídolo que
esté colgando de tu pared todo el tiempo.
Te lo dice una amiga que está
estudiando una licenciatura que analiza la psique de la sociedad.
-Sobre el conocimiento y el estudio: Dios quiere que tú crezcas y madures en todo ámbito de la
vida. Quiere que sobresalgas, aprendas y te superes. Quiere darte inteligencia
y sabiduría para tener conocimiento, pero a veces el ser humano puede
obsesionarse y desviar su corazón. A veces el ego puede comenzar a seducirte,
puedes caer en las redes del orgullo y el querer pasar por encima de otros o
sentirte más conocedor o capaz. Tu necesidad de conocimiento puede convertirse
en un ídolo si Dios no lo tiene controlado... y eso solo se logra cuando tú le
permites tener el control.
Una persona me comentaba un día: "Antes me
enfocaba tanto en sacar las mejores calificaciones y en estudiar tanto para
saberlo todo que olvidaba hacer parte a Dios de mis logros académicos. Nunca
oré antes de comenzar mis proyectos o trabajos, nunca le pedí que me guiara,
pensé que todo lo podía hacer con mis propias fuerzas y con mi propia
inteligencia. Dios me mostró que estaba alejándome de Él cuando iba por ese
camino".
Comienza a sacar esos ídolos del Templo de tu corazón
Recuerda que somos Templo del Espíritu Santo, eso significa que en
nuestro interior, el único Rey que pueda estar en el trono debe ser Jesús. El
abuelo y el padre de Josías decidieron colocar ídolos dentro del Templo de
Dios. ¡Era la casa de Dios! Hasta para mí resulta horroroso.
Tan solo imagínate que alguien entrara a tu habitación y comenzara
a cambiar el estilo de decoración que te gusta y lanzara a la basura
todos tus documentos y objetos personales, todo lo que para ti es sagrado. ¿Eso
te gustaría?
Dios se sintió enojado por mucho tiempo, pero no quería perder la
paciencia, quería que su pueblo entendiera que estaban haciendo las cosas mal.
Quería que lo pusieran en el trono del Templo de sus corazones. A Él debían
rendir su tiempo, sus vidas, sus pensamientos y sus deseos.
Tal vez te preguntes: ¿Y para qué rayos yo debo tener a
Jesús en el templo de mi corazón? ¿Esto de qué me servirá?
Dios nos provee una infinidad de promesas en la Biblia de la
razones por las cuales somos bendecidos al seguirlo y obedecerlo. Dejar nuestros ídolos es rendir nuestra humanidad y deseos
corruptos para comenzar a pensar en lo espiritual, que es vida en abundancia,
gozo y plenitud.
Para alcanzar las promesas de Dios, primero tenemos que honrarlo y
sentarlo en el trono de nuestros corazones. Tirar a la basura todo lo que
estemos haciendo un ídolo para que podamos ver aún más de sus maravillas en
nuestras vidas y también palparlas. Solo así Dios podrá reconstruirnos y mostrarnos una vida llena
de propósito incluso desde nuestra etapa de juventud.
Esta es la etapa que
define todo nuestro futuro; nuestras decisiones
podrán ser motivo de agradecimiento o arrepentimiento en nuestra vejez. (Eclesiastés 12.1-2)
Josías sabía lo que tenía que hacer, así que desechó todos los
ídolos del Templo de Dios para poder reconstruirlo. Esos ídolos habían estado ahí por muchos años, pero no dudó
ni un segundo. Su firmeza y lealtad fue honrada por Dios al final de su vida.
Seguro que tú y yo también queremos ser honradas u honrados por
Dios al final de nuestras vidas. Es momento de escombrar nuestro Templo interior, limpiar la suciedad, tirar a la basura los ídolos y sentar a Jesús en el trono.
¡Cuéntame en los comentarios qué te ha parecido esta reflexión!
¡Te mando un abrazo cálido!
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