Historia base: 2 Reyes capítulos 21, 22, 23.
Cuando entré
a la preparatoria, muchas preguntas comenzaron a surgir en mí acerca de mi fe.
Sobre todo, acerca de la identidad que tenía en Jesús.
Muchas veces, en mis momentos más humanos, me sentía como un "bicho raro". Yo solo quería servir a Dios en la iglesia y aprender muchas cosas más acerca de Su corazón... pero cuando miraba alrededor, me encontraba con mis amigos y las situaciones adolescentes en la escuela que me decían que hiciera, hablara y pensara como todo el mundo. Bailar, ir a fiestas, tomar y decir malas palabras sigue siendo "cool" para todo el mundo, pero para mí, aún en ese tiempo, era algo que no iba con quien yo era. No iba con mi identidad.
Muchas veces, en mis momentos más humanos, me sentía como un "bicho raro". Yo solo quería servir a Dios en la iglesia y aprender muchas cosas más acerca de Su corazón... pero cuando miraba alrededor, me encontraba con mis amigos y las situaciones adolescentes en la escuela que me decían que hiciera, hablara y pensara como todo el mundo. Bailar, ir a fiestas, tomar y decir malas palabras sigue siendo "cool" para todo el mundo, pero para mí, aún en ese tiempo, era algo que no iba con quien yo era. No iba con mi identidad.
A pesar de
esto, yo pensaba, "me siento como un bicho raro porque todos los jóvenes
quieren hacer todo lo que es contrario a lo que Dios dice... ¿por qué yo no
puedo hacerlo también?". Incluso recibía noticias de jóvenes que estaban
alejados de Dios o veía sus fotografías en las redes sociales y pensaba en cómo
podía ser tan fácil para los demás hacer eso y para mí no.
Sufrí mucho
tiempo pensando de esa forma. "¿Por qué no puedo ser más como ellos? ¿Por
qué me siento como que soy la única que quiere servir a Dios con todo su
corazón?" "Sería más fácil hacer todo lo que ellos hacen, porque
seguirte a ti es más difícil, Señor".
Eran
pensamientos inmaduros, pero ahora que estoy sentada escribiendo puedo darme
cuenta cómo Dios estaba moldeando mi identidad para que el acto de amarlo con todo mi
corazón ya no fuera cuestión de agradar a los demás o no, sino agradarlo a Él.
No importa si era la única en el mundo que decidiera decir: "Yo elijo
seguirte, con todo lo que soy".
Eso no significa que no cometa errores o tenga problemas, pero es justamente por eso que deseo seguirlo. Porque aún soy humana, y lo era en ese entonces (una adolescente con muchos cambios).
Eso no significa que no cometa errores o tenga problemas, pero es justamente por eso que deseo seguirlo. Porque aún soy humana, y lo era en ese entonces (una adolescente con muchos cambios).
Sabía que
seguir a Jesús y poner en práctica todo lo que había aprendido de la Biblia era
decir "no" a muchas pensamientos, acciones, filosofías y posturas
allá afuera. Seguir a la corriente, seguir a la carne y al pecado es bastante
sencillo, pero seguir a Jesús es ir contracultura, y eso es difícil... pero no
imposible.
Todavía soy
muuuuy joven, lo cual significa que en mi camino todavía tengo luchas,
tentaciones y aflicciones, y las seguiré teniendo, pero Dios ha puesto
convicción en mi corazón y ha reafirmado mi identidad en Cristo para seguirlo.
No importa cuántos errores pueda seguir cometiendo. Ahora ya no me siento como
un "bicho raro"; ahora entiendo que no soy la única que se sentía de esa forma.
Conozco mi identidad en Jesús e intento no solo hablar o leer la Biblia, sino
vivirla. Que la Biblia y las palabras de Jesús se apropien de mi identidad.
Este día hablaremos acerca de la historia del Rey Josías (2 Reyes capítulo 22), un hombre que se convirtió en rey a muy temprana edad y que cuando llegó a ser joven se sintió
exactamente como tú y como yo.
El mundo de
Josías era un mundo muy parecido al de nosotros. Él era un príncipe del
linaje de David, su padre era Amón y su abuelo era Manasés. Manasés fue
conocido por asesinar cruelmente a muchas personas inocentes, alejarse de Dios
para adorar a otros dioses, practicar la brujería y colocar en el Templo de
Dios imágenes de otros dioses. La Biblia en 2 Reyes capítulo 21 describe sus
pecados como "vergonzosos, peores que los de los amorreos". Amón
tampoco tenía antecedentes amables, ya que desobedeció a Dios y se alejó de Él
completamente, adorando a dioses falsos. La diferencia entre Manasés y Amón, fue
que, cuando Manasés era viejo, y después que Dios permitió que los asirios tomaran
Jerusalén y le dieran una lección a Manasés llevándolo cautivo a Babilonia,
mientras estaba sufriendo, se arrepintió. Se humilló ante Dios y entonces Dios
lo perdonó.
Cuando
Josías llegó al trono tenía ocho años. Un niño no podía hacer grandes cambios cuando la cultura y las costumbres en Jerusalén estaban infestadas de ritos
ocultistas y adoración a dioses falsos (tales como Baal o Astarté) como
consecuencia del ejemplo que su padre Amón había dejado. Josías pudo haber
seguido a estos dioses y romper toda su relación con Dios, era muy sencillo ir
con la corriente, pero tenemos un giro inesperado en la
historia de este joven: Josías decidió seguir el ejemplo de David y honrar a
Dios, no importaba lo que los demás pensaran o hicieran. Josías sabía que
seguir a Dios significaba ir contracultura. Es seguro que su abuelo Manasés
había plantado la semilla en el corazón de Josías para tener su identidad
segura en Dios, y después fue guiado por los profetas Sofonías y Jeremías.
Cuando
Josías se convirtió en adulto, uno de los sacerdotes encontró un pergamino que
contenía la Ley de Moisés. Josías creó un plan para destruir absolutamente todos los
altares, templos y comercios que ofrecieran culto a dioses paganos. Destruiría
cada escultura o imagen que encontrara dentro del Templo de Dios, en Jerusalén,
en las ciudades de Judá e incluso hasta Samaria. También expulsó a brujos,
adivinos y sacerdotes que adoraban a estos dioses.
¿Cómo crees que reaccionaron las personas de su época? Imagina cuántos
miles adoraban a estos dioses falsos. Tenían tradiciones, costumbres,
rituales que seguían cada día y que sería difícil cambiar.
Eran supersticiosos. ¿No te recuerdan a las personas de nuestra época? Ni
siquiera se daban cuenta que sus dioses eran imágenes de barro, madera u oro,
que no tenían ningún poder ni amor para ofrecerles.
¿Qué crees
que esta sociedad hablaría de Josías? Todo el pueblo tuvo que someterse a la
orden de Josías, pero piensa en aquellos que lo despreciaban y estaban en
contra de sus políticas y reformas. Es seguro que esta información llegaba a
los oídos de Josías y lo desanimaba. Es seguro que Josías, igual que cualquier
otro hombre, tenía miles de dudas y se preguntaba: "¿Por qué siento que yo
soy el único que quiere honrarte a ti, Señor? ¡Me siento un bicho raro!".
Aunque
Josías pudo seguir fácilmente la estirpe pecaminosa de su familia y las personas
alrededor, decidió hacer lo más difícil: seguir a Dios. Tenía que ir contra la
cultura y tradición de su propio pueblo.
Su
invitación y tu decisión
Como jóvenes, seguir a Jesús es una cuestión de convicción y raíces bien
firmes. En un mundo que nos bombardea, incita y estimula a ir con la corriente
y olvidar que existe Dios, es fácil perder el control de nuestra vida y nuestra
identidad si no comenzamos a hacer realidad las palabras de la Biblia en
nuestras vidas. Es fácil pensar: "¿Será esta la verdad?" "¿Será
este el Dios verdadero?".
Seguramente Josías muchas veces se hizo exactamente estas preguntas, hasta que se dio la oportunidad no solo de conocer a Dios, sino de permitirle transformar su mente, su manera de actuar y hacerlo madurar para tener convicciones firmes. Conoció que Él era Dios.
Seguramente Josías muchas veces se hizo exactamente estas preguntas, hasta que se dio la oportunidad no solo de conocer a Dios, sino de permitirle transformar su mente, su manera de actuar y hacerlo madurar para tener convicciones firmes. Conoció que Él era Dios.
Lo mismo
sucedió con los discípulos, miles de años después. Se hacían las mismas
preguntas, pero Jesús solo les hizo una invitación: "Sígueme". Los
doce discípulos lo dejaron todo atrás por Jesús, decidieron caminar con Él
incluso después de su muerte y resurrección. Decidieron ir contra su cultura.
Mateo dejó de ser el cobrador de impuestos que juzgaba a cada judío. Pedro dejó
de ser un malhablado e iracundo pescador, igual que Juan. María Magdalena dejó
atrás su pasado y sus pecados.
Hubo otros
como Nicodemo o el joven rico que estuvieron cerca de seguir a Jesús y ser
transformados por Él, pero su decisiones marcaron su futuro. En la historia de
Josías, mucha gente nunca más quiso saber nada de Dios y escogieron seguir adorando a
sus ídolos.
Nadie más
decidirá por ti, ni siquiera Dios. Si quieres ser transformado, tienes que
decidirlo. Si quieres conocer más de la Biblia o tener un hábito para leerla,
siendo guiado por el Espíritu, es tu decisión. Si quieres comenzar a orar más o
tener devocionales, tienes que comenzar a buscar herramientas de aprendizaje. Si quieres decir "sí" a la cultura y "no" a Dios, es tu decisión.
Nadie tomó
la decisión por Josías, nadie tomó la decisión por los discípulos. Ellos lo
decidieron y lo hicieron. No solo decidieron seguirlo por unas horas, sino por
una vida entera, y para lograrlo, tuvieron que rendirse. Tienes que sacrificar lo
que te está estorbando. Igual que los discípulos sacrificaron su identidad como
personas de este mundo para adquirir una nueva. De la misma forma, Josías sacrificó
todos los ídolos.
Cuando Dios
nos da un nuevo nombre
Es fácil identificar a las personas que viven la Biblia y han sido transformadas por Jesús. Se nota en su forma de hablar, de actuar, su relación con sus amigos o familia, incluso en sus
redes sociales. Puedes comenzar a ver a Jesús a través de esas personas, no
solo por lo que hablan, sino por quienes son. Cuando comienzas a leer la
Biblia, esas palabras que el mundo califica como "sin sentido" o
"reglas y más reglas estrictas", se convierten en gracia y poder de
Dios para tu vida. Ya no es el manual de "lo que vas a hacer o cómo vas a
actuar", sino que la Biblia es el manual de lo que eres. Es tu identidad.
¿Recuerdas la forma en que Jesús les cambiaba el nombre a los
discípulos? Cambiar sus nombres significaba que les estaba ofreciendo una nueva vida, con identidad y
propósito.
Le cambió el nombre a Simón por Pedro. Simón era su nombre humano que le daba una identidad de ser un humilde, sucio y malhablado pescador.
Jesús lo llamó Pedro, que le daba una nueva identidad: Pedro sería la roca sobre la cual Jesús fundaría la iglesia. Él fue el primer discípulo que reunió a miles de personas que creían en Jesús como Salvador y ahí recibieron al Espíritu Santo. Jesús le dio un propósito. Los propósitos de Dios siempre traen bendición.
Le cambió el nombre a Simón por Pedro. Simón era su nombre humano que le daba una identidad de ser un humilde, sucio y malhablado pescador.
Jesús lo llamó Pedro, que le daba una nueva identidad: Pedro sería la roca sobre la cual Jesús fundaría la iglesia. Él fue el primer discípulo que reunió a miles de personas que creían en Jesús como Salvador y ahí recibieron al Espíritu Santo. Jesús le dio un propósito. Los propósitos de Dios siempre traen bendición.
Josías
obedeció y honró a Dios. Dios le prometió que moriría en paz, sin ver el
castigo que Dios tenía para aquellos que decidieron alejarse de Él. Dios lo
bendijo y la Biblia incluso termina su historia diciendo que ni antes ni
después hubo un rey como él, que siguiera fielmente a Dios con todo su corazón.
Cuando
decidimos ir a contracultura por Jesús, Él nos dará un nuevo nombre y un
propósito lleno de bendición.
¿Cómo sigo el ejemplo de Josías o de los discípulos para ser un/una joven que honre a Dios con todo el corazón?
➼Todo comienza en el hogar y con tu familia. ¿Sirves en tu
hogar para hacer cualquier labor, ayudar a tus padres y obedecerlos? ¿Cuál es tu
relación con tu
familia, tienen una buena relación? ¿Eres ejemplo para tus hermanas o hermanos?
¿Tienes iniciativas para comenzar devocionales en familia y estudiar la
Biblia juntos? (Lee: 1 Timoteo 4:12, Proverbios 4: 1-2).
➼ Cuida que tus cimientos estén firmes
para cuando te enfrentes al mundo. ¿Cómo respondes ante la cultura del mundo? ¿Cuál es tu
postura? ¿Es una postura que se centra en la Biblia y lo que dijo Jesús o en
filosofías, tendencias o movimientos sociales? (Lee Colosenses 2:8,
Romanos 12:2, Lucas 6:47-49, 1 Pedro 3:15).
➼ Guarda tu corazón y tu testimonio. ¿Qué es lo que
publicas en tus redes sociales, que son tu primera fuente de testimonio ante
los demás? ¿Qué es lo que retwitteas o lo que escribes? ¿Son tus palabras
dardos hacia las personas o medicina para sus corazones? ¿Crees que enviar
indirectas ofensivas es la forma en como Dios te hablaría a ti? ¿Esa selfie
daría gloria a Dios o mostraría la identidad que Él te dio? Ten mucho cuidado, todo lo que haces o dices tiene influencia en otros. (Lee Proverbios
4:23, Tito 2:6-8, Mateo 12:37)
➼ ¿Estás realmente
interesado en servir a tu familia cristiana? ¿Estás realmente interesado en ellos, así como en
las personas que tienes alrededor? Dios te moldea y reafirma tu fe e identidad
cuando sirves a los demás, te involucras en actividades de la iglesia y
comienzas a crear nuevos espacios/ministerios. Amar al prójimo (no importa si
es en tu comunidad cristiana o tus compañeros de clase o trabajo) es algo crucial
para un seguidor de Jesús. (Lee Juan 13:34-35, Mateo 5:44, 1 Tesalonicenses 4:
9, Romanos 12:9).
Gracias por
leer esta nueva serie de reflexión especialmente escrita para jóvenes. ¡Cuéntame si esto ha sido de
bendición para ti! ¡Te mando un abrazo!
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