14 noviembre, 2017

DÍA 14: BENDICIONES... Y AGRADECIMIENTOS :).



"Como las estrellas, 
tu Palabra,
alineará mi viaje
y me recordará dónde he estado

y a dónde me dirijo".



Apenas era domingo y lloraba confundida. Apenas era lunes y llegué a desplomarme a mi cama del cansancio. Apenas es martes y tengo los pies fríos por pasar tanto tiempo sentada. Mañana es miércoles y me espera un día libre, pero no por eso sin sacrificios o menos cansancio... o tarea.
La vida va demasiado rápido. Las horas no esperan a nadie. El tiempo no suele ser un amigo. Cuando hay tanto qué hacer y las preocupaciones y el estrés abundan y consumen, olvido las bendiciones que tengo.


A veces no me doy cuenta siquiera que las tengo. Se me olvida contar mis tesoros.
"Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón", dice la Biblia.
Y llega un momento, como el de ahora, en que entro en mi tesoro y me doy cuenta que aquí está mi corazón. Escribo.

Y me pongo a contar todos los otros tesoros que se me han olvidado. Es momento de dejar a un lado el mundo entero, las redes sociales, las distracciones y el celular. Porque al final, vaya, mi vida es un ajetreo... sí, y el mundo entero, las redes sociales, las distracciones y el celular vienen como combo en ese paquete; realmente nunca he podido encontrarme ni sentirme tan llena cuando estoy ahí.
Pero he construido un jardín hermoso. Le he puesto muchísimas flores y huele todo muy bien. También hay jitomates y chiles y cactus. Es el único lugar en donde puedo encontrarme, en donde me siento llena. Eso es porque a ese jardín solo puede acceder Dios.
Cuando me siento tan cansada, tan triste, tan frágil y no sé a dónde ir, corro a mi jardín y me colapso en los brazos de Dios, que siempre me están esperando anhelantes.

Y luego apenas es domingo y lloro confundida y mis flores se empiezan a deshidratar. Pero ahí está Dios: tiene una manguera en la mano y las riega mientras me dice que sea fuerte, que confíe, que nunca me abandonará.
Y apenas es lunes y me desplomo en mi cama presa del cansancio, y llega la bendición de que puedo dormir unas 4 horas seguidas y descansar cuando hay personas que ni siquiera pueden.
Y hoy es martes y he tenido un día largo. Tengo los pies fríos porque mi carrera me requiere sentada, leyendo, escribiendo, organizándome y trabajando en mi laptop. Se acabó la gastadera de cuadernos y hojas. Aunque no lo creas, también suele ser un trabajo arduo. Pero hoy tuve muchas, muchas bendiciones. Dios me envió a 7 personas muy especiales que me hacen reír bastante y con quien en esta nueva etapa de mi vida puedo ser yo misma, puedo hablar, gritar, reír, bailar ruidosamente. Puedo hacer tonterías y compartirles mis gustos, mis valores, mis consejos y mi fe.
Me la he pasado riendo y disfrutando. Y es una bendición porque aun hay personas en mi grupo que están solas, que seguro se sienten solas, que no se sienten apoyadas o aun se sienten temerosas, que no encontraron personas que podrían llamar "amigos". La vida también se trata de encontrar brazos que puedan sostenerte. Y para mí, eso es una bendición. De Dios.
Mañana es miércoles y me espera un día libre, con sacrificios y más cansancio. Pero me alegro, me alegro de tener trabajo por delante, proyectos por delante, sueños y anhelos por delante.Todos los días son tan diferentes en esta etapa que ahora me parece un poco extraño haberle tenido tanto miedo a los cambios, porque cada día hay algo nuevo. Cada día hay un cambio y un nuevo comienzo.
Y eso es una bendición. Hay personas en este mundo que han perdido su trabajo, que no tienen recursos para estudiar, que están enfermos, que están en hospitales, que su país está en guerra, que no tienen qué comer o dónde dormir, que han perdido la esperanza y la fe.

Pero yo no. Yo no estoy enferma, mi cuerpo está bien, no estoy en un hospital, tengo una universidad y mi mamá está durmiendo a salvo esta noche, mi país no está en guerra, tengo más de lo necesario para comer y mantas cálidas para dormir, mi corazón no está roto y tengo aun mucha esperanza para compartir a las personas que deseen leerme.

¿Puedes verlo ahora? Hay muchos tesoros que podemos contar. La vida está infestada de ellos, solo que tienes que ser sensible para verlos.

Por último, tengo una bendición más: Dios dijo que tiene planes de bien y no de mal para darnos un futuro y una esperanza, así que, ¿por qué debería preocuparme más de la cuenta?

Allí está mi bendición: las promesas imperecederas de Dios.
Tener a Dios de por sí ya es una gran bendición...

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