22 octubre, 2017

DÍA 22: ATERRIZAJE.

Los domingos
son más de aterrizar las cosas
antes que despegarlas, ¿sabes?
Son más de aterrizar las risas
o las pláticas
o los abrazos
o las lágrimas
o aquellos sentimientos melancólicos o frustrantes.
Los domingos son del color del otoño.


Los domingos reina la tranquilidad,
en mi casa, por supuesto,
pero también en mi corazón.
Los domingos no soy tanto de escribir, 
soy más de hablar y muchas otras veces: me quedo callada.

Los domingos son tostados,
los domingos yo admiro un poco más el sol
y esas flores tan hermosas que brotan en el jardín de mi abuelita
esas que tienen colores intensos que me recuerdan tanto que estamos 
en un espacio de tiempo donde disfruto un poco más cómo el calor da paso
a que
aterrice
el frío.

Los domingos son dorados,
porque hoy estaba en un auto que no es mío,
el calor lamía mi piel
y de repente me reí
del espacio y del tiempo
dándole lugar al sol
para que 
a
  te
      rri
            za
                 ra 
justo ahí, 
tan tostado en mi piel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario