18 septiembre, 2017

Una carta, de esas no tan poéticas, al resto de nuestras vidas.



Esto es para ti. Sí, para ti. Para ti que me estás leyendo. No sé quién seas, cuál es tu pasado o tu presente, pero... las palabras también se hicieron para dedicarse. Esto es para ti.
Quizá esto es mi pasado o mi presente, tú no lo sabes, pero esto es un mantra para la vida; no me refiero a religión o creencias, solo al valor que todos deberíamos tener para seguir adelante. Esto es para ti, así que puede ser tu mantra. No es mi voz quien te lo dirá, sino la tuya.


El tiempo tiene planes bastante divertidos y un poco de él nos puede mostrar tantas nuevas visiones. 
Toda la vida he estado rodeada por un lienzo donde las palabras pintan la obra de arte
Al estar en un espacio y tiempo en donde no había pintores de palabras con una meta de vida, creí, ingenuamente, que lo sabía todo.
Creí, ingenuamente, que había aprendido más de la cuenta; quizá, que debía parar
Hoy estoy parada en el resto de mi vida, 
me siento más fuerte que antes,
aunque nerviosa y sensible siempre he sido.
Me refiero a que eso siempre logra lanzarme al suelo.
Me miro en el espejo y observo lentamente mis ojos.
No me he convertido en otra persona,
sigo observando ahí dentro un espacio en donde se puede sobrevivir, porque hay de todo un poco.


Estrellas, cometas, galaxias, nebulosas, planetas, un poco de caos y una luz inmensa y llena de pasión llamada sol.
De repente me pongo a pensar en que quizá nunca sepa quién soy yo,
pero de todas formas sé muy bien qué no soy.
Una vez dije que nada está garantizado, pero el camino siempre vale la pena

¡Y cómo no valdrá la pena! ¡Los sueños valen la pena, el amor vale la pena! Pero para todo hay un costo, y quizá, un corazón que se destroce al querer lograrlo.
Al menos el esfuerzo es placentero aunque no sea fácil.

A los 18 años no se puede saber todo, por más que sepamos, ni a los 17, a los 15, y ni siquiera a los 23, a los 21, a los 25 o 50.

Cuando uno comienza a crecer extraña mucho aquellas cosas que tenía cuando era un niño. Se aferra un poco, por el miedo a lo desconocido, por el temor de estar en una completamente nueva etapa. 

Yo me aferro a las películas de princesas, a bailar el vals de "La Bella Durmiente" con mamá como cuando tenía 8 (aunque ella está más cansada que antes como para bailar conmigo), a los mejores amigos que han crecido y madurado conmigo,  al diario que le robé a mamá y le escribí ensueños que nunca sucederían. (A veces, sigo usándolo).
Me gustan las palabras de la Biblia, porque son aún más curativas y reales que todas las otras que conozco. No sé quién cree en ellas en estos tiempos, pero yo sí.
La misma Biblia lo dice, hay un versículo que lo afirma: "las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas". 
De hecho, desde el momento en que fue mi graduación de preparatoria, hasta este punto en donde escribo esto, todo ha sido hecho completamente nuevo para mis ojos y sentidos.
Pero no he olvidado a quienes han estado conmigo, o lo que pasamos, o las risas y el llanto y las fotos. O los concursos, o mi profesor de literatura que me echaba porras cada que me veía.


Y ahora lloro porque extraño, y qué extraño es el tiempo y sus maneras; pero estoy en ese camino donde tengo que tomar las mejores cosas, si es que no me atropellan. Y lo harán.

Mírenme ahora, me digo a mí misma que los cambios me sientan bien, cuando antes, el miedo al cambio me golpeaba fácilmente y sin piedad. Espero que lo que diga sea correcto, porque ahora soy un poco más libre que antes

Al resto de la vida: seguiré confiando en las promesas de Dios.
Al resto de la vida: Estuve, estoy y seguiré estando feliz por ti, porque las cosas que me hagan llorar me ayudarán a crecer y las que me hagan reír, solo me harán valorar más y mejor.
Al resto de la vida: El texto que ni siquiera clasificó en cuarto semestre fue mi más grande éxito. No lo olvides, porque yo nunca lo haré.
Al resto de la vida: Ayer en Expresión oral y escrita, un chico que es singular, expuso palabras que fueron aliento de vida a mi corazón, ¿y sabes algo? Sentí que eso estaba escrito en el libro que Dios escribió sobre mi vida.

Al resto de la vidaAbre tus alas. En serio. No sabes cuánto te espera. No sabes lo bonito que va a ser o no sabes lo triste que te vas a sentir. 
No sabes que los planes de Dios son más increíbles que los tuyos.
Todavía no entiendes bien lo que significa "planes de bien y no de mal, para darte un futuro y una esperanza", pero lo harás. 

Lo harás.


Con todo mi amor,
P r i s.

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