07 julio, 2016

La última elección.


En este mundo siempre estamos invitados y dispuestos a encajar. Todos conocemos perfectamente qué es la aceptación, qué es el rechazo. Queremos que alguien nos acepte tal como somos, queremos ser elegidos.
En los grupos de escuela, en algún concurso, en algún deporte, etc.
Esta sociedad nos invita a eso: "tienes que encajar, o si no, ¿crees que eres algo?" "Tienes que ser popular, o si no, ¿crees que eres alguien?", "Tienes que tener miles de likes en facebook, miles de seguidores en Instagram o Twitter, o si no, eres mercancia dañada. No lo vales tanto", "si no eres más social que tímida, si no eres más alta que pequeña, si no tienes cuerpo de modelo de revista, si tu nariz es más grande que pequeña, si tu tono de piel..., no eres nada".
Algunas personas podrían tirarse de un puente si es que eso hace que las personas los acepten, los vean, los tomen en cuenta. Trabajan duro para dar una impresión excelente, como si fueran impresoras. Quieren llamar la atención, necesitan aceptación, necesitan de algo para encajar. Este mundo siempre nos oprime de esa manera, y a la vez de que hace que queramos ser elegidos, también hace que hagamos una elección: "si quieres encajar, tienes que cambiar". "Tienes que copiar y tienes que ser como aquellos son". "Te quedas como eres y eres fiel a tu yo, o cambias al gusto de los demás?".

Pero, tengo una noticia buena para ti:

D I O S  D I C E  A L G O  M U Y  D I F E R E N T E :).

"No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que pidan, en mi nombre"
Juan 15:16 (NVI).


 Dios es muy diferente a toda esta sociedad y a todos nosotros.
Mientras todas las personas se dejan llevar por la popularidad, cuán hábil eres para hacer algo, tu apariencia física, etc... Dios mira tu corazón, tu interior. Dios te elige a ti.
Y para elegirte no tiene un folder que tiene toda tu vida, tu pasado, tu presente y futuro y dice "bueno o malo", no estás en una lista de espera. Dios no está sentado juzgando qué haces o evaluándote. 
Dios dice "yo te elijo primero". Y si es que ya sucedió eso, no necesitaste hacer nada o no necesitarás hacer nada para que te elija, porque Dios simplemente te elegirá porque te ama.
La ironía aquí es que a pesar de todo, la última elección la tienes tú.
Lo que significa que Dios te elija es que Él desea conocerte, cambiarte, darte una nueva vida increíble, trabajar en ti para lograr cosas extraordinarias y aceptarte y amarte por sobre todo con todas las imperfecciones que tengas y todas tus debilidades.
Se trata de que Dios hará de ti, su elección para siempre.
La última palabra la tienes tú, al aceptarlo a Él. Si quieres que estas promesas se hagan realidad en tu vida, lo único que debes hacer es convertirlo en tu Dios.
No el Dios que dicen todas las personas que es Dios, no el Dios que escuchas en la t.v o en la radio, no las pestes que escuchas hablar de Dios en la calle o en tu escuela o en la oficina, no lo que te han enseñado que es Dios o quién es Dios. No el Dios que todo el mundo ha prejuiciado. 

Sino, el Dios que tú mismo/a conocerás. Por tu propia experiencia, cada día, al aceptar que impacte tu vida. Al aceptar como Salvador a su Hijo, Jesús, a quien le importas tanto hasta la actualidad, que dio su vida por ti, escupido, golpeado, burlado, sangrado, humillado inhumanamente, y tan solo por amarte tanto.
Dios ya te escogió a ti, pero tú tienes la última palabra. Tú tienes la última elección.


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