Año: 2016.
Director: Sally Wainwright.
País: Reino Unido.
Lenguaje: Inglés.
La historia de la película se sitúa en 1840 en Yorkshire, Inglaterra, donde nos habla del contexto de las vidas de las hermanas Brontë: Emily, Charlotte y Anne.
Se basa específicamente en la relación que las tres hermanas tenían, el proceso que tuvieron que pasar para llegar a ser publicadas como escritoras, la unión que existía entre ellas para escribir y cómo sus anhelos se tambalean entre las penas y tormentos que su hermano Branwell, un poeta fracasado que se ahoga en el alcoholismo les hace pasar, hasta llegar al éxito.
He tenido muchos sentimientos encontrados con esta increíble película. Siempre tuve
ganas de verla desde que leí la entrada en el blog de +Magrat
Ajostiernos :3. Me
encantó.
Esta es una de esas películas que no se encuentra en
cualquier lado, especialmente en México, y mucho menos se encuentra subtitulada
o doblada al español.
Acepto que no conocía en nada a las Brontë.
No he tenido la
oportunidad de leer Agnes Grey de Anne o Cumbres Borrascosas de Emily, pero no
hace mucho tuve el gran honor de leer Jane Eyre y quedé enamorada de la técnica
de Charlotte (tan madura y adelantada a su tiempo).
¡Fue exquisito leer a Jane y a Mr. Rochester!
No
me esperaba que Charlotte tuviera una personalidad tan rígida superficialmente
(no quiero decir que hubiera podido ser así en la vida real, pero esta película
según lo que leí, es una adaptación muy exclusiva a las vidas reales de las chicas).
La manera en que escribió Jane Eyre me parecía de una persona tranquila y taciturna, pero apasionada y romántica. En la película Charlotte se nos
muestra como una mujer tan decidida, fuerte, reflexiva, seria, independiente,
madura... y también, casi inexpresiva en sus sentimientos o emociones.
Aunque
estaba muy impresionada por la mujer que tenía ahí, hubo muchos aspectos de
ella que admiré completamente: Charlotte es la primera que siempre demuestra
que tiene voluntad propia (tal como nos dice una frase en Jane Eyre), y que no
perderá la esperanza por muy duro que sea el camino.
Y lo más importante de
todo: sabe tomar riesgos, y aprenderá de las consecuencias si algo sale mal.
Esto me ha dejado atónita y por eso he respetado a esta escritora mucho más de
lo que hacía antes.
En
cuanto a Emily y a Anne, de verdad que no tenía idea de
sus personalidades.
El hermano de las chicas les causa bastantes problemas y les da mucho de qué
preocuparse; de ser por él, creo que hubiera arruinado sus carreras como
escritoras.
Lo que más me ha impresionado es que no importa en qué contexto se encontraban sus vidas, su familia, su hogar, inclusive los prejuicios de la sociedad, ellas salieron adelante y lograron sus sueños. Y esa es la historia tras bambalinas del éxito: el sufrimiento y la desesperación. Detrás de cualquier persona exitosa, siempre existen las tribulaciones por las que tuvo que pasar para ganar, porque nada es gratis en esta vida.
La única idea que me hacía de Anne era que era la más
calmada y romántica (por lo que he leído) y de Emily la más misteriosa, pero
pasional (por Cumbres Borrascosas). Tuve que retractarme de mis prejuicios
inmediatamente.
Emily
es la mayor, y con un padre casi ciego y delicado, dos hermanas esperanzadas
por ser aceptadas en una editorial y un hermano depresivo y alcohólico,
analizándolo todo, creo que ella sentía toda la carga del mundo sobre sus
hombros y por eso reaccionaba de una forma tan seca, cortante, violenta y
fúrica cuando las cosas se le salían de las manos.
Pero Emily es la mujer con el caparazón andante. Su corazón
es frágil e inseguro y es por eso que debe saber defenderse.
La Emily que vemos pensando en Cumbres Borrascosas sobre
esos acantilados, sentada con Anne en el pasto, cuidando de su hermano Branwell
cuando las otros dos no hallaban algo más que hacer con él, y aún estando
enfurecida con Charlotte por haber tomado sus preciosos y valiosos manuscritos,
¡esa es la verdadera Emily, no el caparazón! El personaje me dejó impactada porque no
importa que tan seca o insegura podía ser a veces, la fiereza con que defendía
lo que amaba y su dignidad eran de admirarse.
A
Anne la agarré mucho cariño en la historia, quizá porque me identifiqué más con algunas de sus características. Ella es la mediadora entre las personalidades tan
toscas de Charlotte y Emily; Anne es tranquila, paciente, reflexiva, frágil,
sensible y comprensiva. Aunque un tanto maleable por las personas y sus
circunstancias, hace las cosas pensando en las consecuencias y conforme
transcurre la historia, su fe en sí misma se desarrolla.Lo que más me ha impresionado es que no importa en qué contexto se encontraban sus vidas, su familia, su hogar, inclusive los prejuicios de la sociedad, ellas salieron adelante y lograron sus sueños. Y esa es la historia tras bambalinas del éxito: el sufrimiento y la desesperación. Detrás de cualquier persona exitosa, siempre existen las tribulaciones por las que tuvo que pasar para ganar, porque nada es gratis en esta vida.
Y si de alguna forma no hubiera sido Branwell quien les
pudiera haber roto los sueños, hubiera sido la cerrada sociedad que había.
Aquellos tiempos eran muy difíciles para las mujeres,
especialmente porque no podían expresarse libremente. Las mujeres eran sinónimo de debilidad y amas de casa, no podían tener éxito de ninguna otra forma, no
podían leer muchas novelas o decir simplemente "mi sueño es ser
escritora": el saber más que un hombre estaba estrictamente
prohibido.
La gente juzgaba cuando una mujer escribía, les llamaban
desde atrevidas hasta indecorosas. Es por eso que las escritoras de la época
Georgiana o Victoriana debían tener un seudónimo para no ser
descubiertas.
Admiré
las personalidades de cada una, pero la más intrépida para mí fue la de
Charlotte. Me di cuenta que que uno nunca deja de aprender y que a veces es necesario saber tomar riesgos.
Creo que las personas más valerosas e inteligentes en esta
vida son las que tienen un sueño y van por ello aunque el mundo esté luchando
contra ellas o las circunstancias mientan y oscurezcan la esperanza. Entre esas
personas están quienes aprenden a aprender y se predisponen a ser enseñados.
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