A un ficticio.
Para mí:
Tantas noches de desvelo,
tantas horas sin dormir, el 5% de la batería del celular, me han enseñado que
hay muchas formas de enamorarse.
Salí a mirar las
estrellas, a ver si estabas entre ellas.
¿Ves cada una de
esas estrellas? Así de tantas son las formas en que no te encontré, y no te
necesité para enamorarme otra vez y mil veces más.
Encontré el amor en
un atardecer espléndido.
Encontré el amor en
una familia que ahora está más unida.
Encontré el amor en la frase de un libro.
Encontré el amor
cuando le dije adiós a alguien que merecía ese adiós.
Encontré el amor cuando
disfruté y me reí con las personas adecuadas.
Encontré el amor con
un viaje lleno de alegría.
Encontré el amor en
un blog renovado y que refleja luz.
Encontré el amor con
un león de una tierra que está dentro de un ropero.
Encontré el amor en
un anime donde aprendí que “si dos personas están destinadas a estar juntas, ni
los problemas, ni la distancia, ni las circunstancias, personas, vida o muerte
podrán separarlos”.
Encontré el amor en
que el problema no es qué tan cliché se escucha esa frase, sino que mires a las
estrellas otra vez y veas cuántas formas hay de entenderla y reproducirla.
Encontré el amor que se volvió una aventura en un mundo que no es pasado ni futuro, sino aquí y ahora.
Entre noches de
desvelo, y ahora mismo en una de ellas, comprendo por fin que, como dice Elvira
Sastre:
“Uno es de donde llora, pero siempre querrá ir a donde ríe”.
No sabía que se
podían llorar tantos mares de agua en forma de felicidad. Lo único que sabía es
que las personas solemos soltar ríos de tristeza.
Salí a mirar las
estrellas. Pero entre ellas no estabas tú, estaba yo. Me encontré a mí misma.
Por dentro y por fuera.
No sabía que me
podía doler tanto el alma de reír todo el tiempo. Lo único que sabía era que me
podía doler el vientre.
Y es que no necesité
besos,
Ni abrazos,
Ni caricias,
Ni mensajes,
Ni flores,
Ni a ti.
Todo lo que
necesitaba, tenía eso y mucho más.
Y no, por favor, no
te creas el protagonista de mis letras. No te mereces ese honor ahora. Ya lo
merecerás después.
Por ahora, esto no es para ti, es para mí.
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