08 agosto, 2020

Nos llamó escogidas y escogidos: Tu vida nunca volverá a ser la misma.


Esta es la última publicación de la serie Nos llamó escogidas y escogidos que fue escrita para jóvenes como tú y yo. Hemos estado aprendiendo cómo podemos agradar a Dios en nuestra juventud por medio de la historia del joven rey Josías en 2 Reyes capítulo 22 y 23. 
Podemos agradar a Dios en nuestra juventud cuando:
1) Vamos contra nuestra cultura. 
2) Desechamos todos los ídolos que nos alejan de Dios.
3) Obedecemos

Ahora, la historia de Josías nos muestra la última lección que contiene el paso decisivo para que tu vida sea transformada, no solo para salvación, sino aún después de que aceptes a Jesús como Salvador. 

Pongámonos en contexto: Josías tuvo un par de errores por ahí que estaban estorbando su relación con Dios. 
Antes de obedecer a Dios, había permitido que el pueblo adorara a otros ídolos, no hizo ninguna reforma en cuanto al tema de los ídolos que permanecían dentro del Templo y además, es probable que también estuviera adorando a esos ídolos. 

Podemos comprobarlo cuando Josías acepta que algo está sucediendo cuando los sacerdotes leen el libro de Moisés. Josías se avergüenza y dice: Dios debe estar furioso con nosotros, pues nuestros antepasados no obedecieron lo que estaba escrito aquí!". (2 Reyes 22:13 v. TLA). Al final del capítulo, el autor del libro explica: "Ni antes ni después hubo un rey que se APARTARA DE SU MALDAD..." (2 Reyes 23;25, v. TLA)

Damas y caballeros, Josías también fue humano e imperfecto. ¿Cómo es que Josías se convirtió en un rey tan honrado por Dios y los hombres? Dios vio en su corazón dos actitudes: el arrepentimiento y la humildad.

¿Has conocido a alguna persona que profesa ser cristiana, pero sigue cayendo en el mismo pecado, siempre volviendo hacia atrás, sin una vida de victorias ni calidad espiritual? 
Son el tipo de personas que seguramente no tienen deseos de progresar o transformar sus mentes, no encuentran el entusiasmo o el amor por todo lo que tiene con ver con Dios. 

Me recuerda la historia de Nicodemo y Jesús. Cuando no había pandemia, semana tras semana tras semana veíamos a personas sentadas en las bancas que estaban vivas físicamente, pero, ¿espiritualmente? ¿Habían nacido de nuevo, como Jesús le dijo a Nicodemo?

En mi opinión, muchas de las personas que vemos en nuestras congregaciones están ahí para participar, para hacerse miembros, para donar y organizar, o en otros casos, para escuchar la palabra de Dios sin ponerla en práctica. Esto se debe a que el esfuerzo de la iglesia a veces es crear el ambiente y el show perfecto para que las personas decidan acercarse. Pero ese un sitio cómodo, que no desafía ni hace madurar a nadie.

Los cristianos podemos llenar iglesias, podemos hacer un gran número de eventos sociales, podemos convivir, pero, ¿de qué servirá todo esto si no estamos verdaderamente arrepentidos ante Dios? Si no nacemos de nuevo en el Evangelio de Jesús, estamos muertos. 

Jesús dijo: "Arrepiéntanse y crean en el evangelio". Él está comprometido con el corazón de las personas y desea que nosotros podamos experimentar la vida que solo en Él se encuentra. Está esperándonos con brazos abiertos, llamándonos constantemente a que le abramos la puerta y tengamos una cena con Él.

Cuando Jesús hacía cosas extraordinarias, la multitud estaba junto a Él. Cuando Jesús repartía comida, todos extendían sus palmas. Cuando Jesús hacía milagros, nadie nunca se alejó. Pero cuando Él comenzó a predicar el Evangelio, a proclamar que era el Hijo de Dios y que las personas necesitaban arrepentirse para encontrar la salvación, la multitud comenzó a dispersarse, incluso algunos de propios discípulos. 
Cuando Jesús predicó con su propia vida que podríamos conocer a Dios a través de su sacrificio, solo su madre y Juan estuvieron ahí para El.

El arrepentimiento es humildad

Dios le hizo ver su pecado a Josías, pero era decisión de Josías arrepentirse. Dios no le exigía nada, solo le aconsejaba que lo hiciera, para que su futuro estuviera lleno de bendición. 

Dios no podía perdonarlo si Josías no se arrepentía. Dios no podía transformar su vida si Josías no se lo pedía.

Cuando te humillas ante Dios, mediante tu arrepentimiento, Él te exalta y comienza a hacer crecer tu vida, comienzas a evidenciar tus frutos. 

Cuando te arrepientes, tiras a la basura los ídolos en el Templo. Dices "no" a ti mismo y le dices a Dios: "guíame".
Cuando te arrepientes, puedes escuchar la voz de Dios y confiar en Él para obedecerlo.
Cuando te arrepientes, puedes ir contra tu propia cultura. 
Cuando te arrepientes, estás adorando a Dios.

Cuando te arrepientes, no solo aceptas a Jesús, sino que naces de nuevo. 

Nuestro evangelio no se basa en hacer buenas obras, esas obras nunca te harán cristiano. Mira a los fariseos, se creían tan justos, sensatos y humildes siguiendo al mismo Dios del que Jesús predicaba, y al final, por sus obras, Jesús los condenó duramente.

Si eres cristiano, si te has arrepentido, si has aceptado a Jesús como Salvador, tus obras, palabras y pensamientos evidenciarán tu transformación. Podemos hacer obras buenas sin haber nacido de nuevo. Dios hace milagros cuando ve un corazón arrepentido. Dios honrará tu corazón arrepentido, igual que honró el de Josías. 

Josías se lamentó y lloró cuando se rasgó sus vestidos. Estaba avergonzado, pero no solo se sentió mal por lo que había hecho, sino que decidió actuar y arrepentirse. Una de las claves del exitoso reinado de Josías.

El arrepentimiento es un puente para dar frutos, para que haya vida, crecimiento y EVIDENCIA. 

Fue por medio del arrepentimiento de Josías que Dios detuvo la reprimenda que enviaría a su pueblo. No fue el pueblo quien lloró y se inclinó ante Dios al principio, fue su rey. Josías se humilló ante Dios y le pidió perdón por todo el pueblo y por él mismo. Sus errores lo habían llevado a una vida sin esperanza. No era el final de la historia, sino que apenas estaba comenzando.
Enumera todos los acontecimientos que pudieron ocurrir si Josías no se hubiera arrepentido. ¿Te lo imaginas? 

Aún así, el pecado tiene consecuencias y para Dios esto es un tema es muy doloroso y delicado. Porque no depende de Él. Es nuestra decisión; las consecuencias siempre se presentan en el futuro
El libre albedrío que Dios nos dio es una muestra de Su amor, pero estableció que el pecado es muerte. El pecado es una barrera para encontrar a Dios. 

Las consecuencias para Israel llegaron años después de que Josías murió
Las siguientes historias de los Reyes de Israel son bastante desalentadoras. Joacaz fue encarcelado por el Faraón de Egipto, Necao. Después subió al trono el hijo de Josías, Hilquias (después llamado Joacim). Cuando Babilonia invadió Israel, Hilquias le sirvió tres años y se reveló contra él, declarándole la guerra. 
Pero Dios no permitió que el hijo de Josías ganara, envió contra él tropas de todos los países vecinos para que lo derrotaran. 
Era una cadena generacional de reyes que nunca se arrepintieron y decidieron darle la espalda a Dios: Manasés, abuelo de Josías, luego su padre, Amón y después el siguiente rey, Joacaz, para culminar con su propio hijo, Hilquias.

El pecado trae consecuencias, el pecado siempre trae lecciones que acarrean dolor y heridas profundas. 
Pero también y algunas veces, Dios trae pruebas y problemas para que doblemos nuestras rodillas, para que recordemos quién es el Rey. Dios trae pruebas, desilusión y llanto para que nos demos cuenta de nuestros errores y digamos "perdóname, Tú eres Dios y sin Ti yo no puedo". Se llama disciplina, se llama corrección y ambas son formas en que Dios nos muestra su amor. 

Hay algo en lo que puedes confiar: El arrepentimiento, aunque no puede librarnos de las consecuencias, puede ayudarnos a estar firmes cuando lleguen, va a disminuir el sufrimiento y en el futuro, traerá un gozo increíble. 

Una y otra vez


Todos somos humanos, no hay nadie perfecto delante de los ojos de Dios. En este mundo caído, siempre habrá un camino por el que andemos en el que vamos a cometer errores, en el que vamos a pecar. Es necesario llorar y derramar nuestro corazón delante de Dios cuando cometamos errores y le fallemos, es necesario decir "perdóname" cuando nos desviamos, pero cuando Dios nos perdone y nos dé una nueva oportunidad, aprendamos de ese error y del sufrimiento que trajo consigo

Tal vez cometamos muchos otros errores en esta vida, pero el propósito de Dios es que aprendamos las lecciones que nuestros errores pasados nos enseñaron y no volvamos a cometerlos. Esa es la mejor forma de agradecer a Dios. 






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Nota de la autora:

¡Espero que esta serie haya sido de bendición a tu vida! 
Mi oración es que puedas buscar cada día más de Dios, que estas palabras te ayuden a conocerlo y a responder las preguntas que tu corazón necesita. 

Como joven, sé que es MUY difícil vivir en una sociedad que te incita y te influye a actuar, pensar, hablar y vivir de la forma opuesta a lo que Dios dice. Al igual que tú, me he dado de topes y he experimentado el tener que alejarme de lo que sé que es contrario a mi identidad en Jesucristo. Ha sido un camino a veces arduo, a veces confuso, muchas veces he llorado, pero la mayor parte del tiempo ha sido un camino lleno de paz, abundancia, crecimiento espiritual y personal, así como miles de bendiciones. 
Sé que muchos de los consejos que lees aquí pueden parecerte lo más imposible de hacer, pero te invito a que ores y sigas con la lectura bíblica. Por experiencia sé que son las armas que te ayudarán a desarrollar tu carácter y a poner en práctica todos estos consejos para tu juventud.

¡Espero que puedas seguir en este camino junto a mí, desde el lugar en el que Dios se encuentra contigo en este momento! 
¡Dios te llamó escogida y escogido, Dios te preparó un lugar junto a Él para ganar todas las batallas! ¡Dios te necesita en su equipo! 

¿Nos vemos ahí?

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