27 mayo, 2020

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¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Qué tal va tu día, qué tal la vida?

Se siente como en casa estar aquí, aunque hace tanto tiempo que no escribo. Es como desempolvar y limpiar una habitación (propia) y encontrar recuerdos nostálgicos del pasado. Me sigo sintiendo a mí misma palpitar entre estas letras, y eso me alegro mucho. El espíritu que tienen las palabras nunca se va del todo, se impregna como perfume, como un tatuaje a nuestra memoria. 

Ahora, después de un tiempo recorrido y un viaje largo, me he convertido en adulta (me siento Andy en Toy Story o Christopher Robin en Winnie Pooh), ya no soy la misma adolescente de hace años. Ahora puedo escribir de un sinfín de cosas que ni siquiera imaginaba que podía y mis responsabilidades han ido en aumento, incluso he aprendido a organizar mi tiempo, dejar el celular y las redes sociales un poco más, porque hay más cosas importantes que atender. 
Entendí lo que dice la Biblia en 1 a los Corintios: "Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño". 
Ahora imagina todo lo que me falta aprender. Cuando veo hacia atrás, veo mi crecimiento, pero cuando veo hacia el futuro, me siento pequeñita como una catarina. 

Me siento muy nostálgica al escribir esto. Es un relato sincero e íntimo que quiero compartir contigo. Mi vida ha recorrido muchos capítulos desde la última vez que escribí aquí, que en realidad fue mucho antes del 2019, pero ahora Dios está diciéndome que debo regresar a este lugar donde me siento tan cómoda. 

Mi propósito es que, por medio de las palabras que sean escritas aquí, inspiradas por el Espíritu Santo, tú seas bendecido, animado y prosperado. Tal como decía Juan en su libro, "Yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma" (3 Jn. 1:2). 
Deseo que recibas estar cartas de amor y bendición para que en estos tiempos de ansiedad e incertidumbre, tu salud física, pero sobre todo tu salud espiritual y psicológica esté en la manos correctas: en las de Dios.

Tú y yo, a través de todo lo que está sucediendo en este momento, estamos en un proceso de transformación. Me gustaría tomar tu mano y que enfrentemos esto unidos. Sé que eso es lo que Dios quiere, misericordia y no sacrificios. La unidad de muchas personas, y qué mejor que creyendo en su poder y amor para una transformación de dentro hacia afuera.

Si eres un amiga o amigo que no conoce a Jesús, espero que estas palabras, mis experiencias y lo que sea que escriba (sea cuentos o poemas) te puedan acercar y mostrar quién es Él y el abrazo tan grande que quiere darte. 

Con mucho amor y esperando lo mejor para ti, 
Pris.

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